lunes, marzo 26, 2007

Sonriendo a ojos cerrados

En las sombras de la tarde se encontraba…. En esas sombras que siempre son mas largas, como si lloraran y al mojarse de sombras de lágrimas se humedecen y estiran cada vez mas lejos como si quisieran alejarse del cuerpo para irse solas a llorar y hacerse sombra de un árbol.

En ésa hora del día se encontraba él… encogido en medio de una calle con su ropa verde y aún mojada después de lavar, como si quisiera convertirse en un cronopio, para por lo menos sentirse parte de algo o por lo menos ser inocente, sensible y con capacidad de soñar… eso quería: seguir soñando y no sentirse un ente que camina por el mundo sin un rumbo fijo, como un personaje sin objetivo; quería soñar… quería soñarse; soñarse con una batuta de un metro en la mano haciéndola saltar y girar en el aire y dirigiendo una orquesta de conejos y chinitas tocando violines de oropel . Quería soñarse en una carpa india hecha de un gorro de cumpleaños viejo adornado con restos de guirnaldas ajadas. Sólo quería verse sonriendo, saltando entre las cornisas como en el tango de los locos que inventaron el amor. Solo quería cerrar los ojos y sonreír con lo que sólo él veía y que las flores envidiaran su facultado de elegir entre ver y no ver. Pero sólo estaba ahí encogido con lágrimas secas en los ojos.

Solo ya sin sombra bajo una luna pequeña arriba muy arriba… ni siquiera se dio cuenta que soñó.



Pablo Serey

1 comentario:

Anónimo dijo...

Déjame decirte amigo, que aire es lo que falta. Oxigenar.